viernes, 23 de agosto de 2019

Biblioteca Política de Textos Básicos: El marxismo y la actualidad política, por Julián Besteiro

Julián Besteiro Fernández


Dentro del ciclo “Biblioteca Política de Textos Básicos” hoy compartimos la conferencia pronunciada por Julián Besteiro el 26 de marzo de 1933, en el Teatro María Guerrero, de Madrid, para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Carlos Marx, titulada “El marxismo y la actualidad política”.

Se trata sin duda de uno de las intervenciones públicas más importante de Besteiro, y de mayor actualidad.

El catedrático Julián Besteiro Fernández (Madrid, 21 de septiembre de 1870-Carmona, 27 de septiembre de 1940) fue presidente de las Cortes durante la Segunda República, y también del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores, y uno de los intelectuales socialistas más importantes de la historia de nuestro país.

EL FANTASMA DEL MARXISMO

Todo recordaréis que la primera frase del Manifiesto comunista, escrito por MARX y ENGELS, tiene aproximadamente esta estructura: “Por toda Europa flota el fantasma del comunismo, y todas las fuerzas de la reacción, sin conocerlo, se disponen a combatirlo” No tengo que decir que lo que entonces llamaban MARX y ENGELS el comunismo no es lo que se llama comunismo actualmente, sino que el comunismo al que se refiere el Manifiesto es simplemente el Socialismo científico, y el Socialismo de actuación obrera, para diferenciarlo del Socialismo utopista y de otras varias formas de Socialismo que MARX y ENGELS consideraban que era no sólo utopistas, sino hasta reaccionarias. Consideraban MARX y ENGELS, por consiguiente, que flotaba por Europa un fantasma de comunismo que la gente no conocía, y el Manifiesto se proponía definirlo y darlo a conocer. Pues bien, compañeros, yo creo que nosotros, sin tener las pretensiones de redactar documentos del valor y de la trascendencia del de MARX, podemos bien decir que hoy flota por Europa el fantasma y el espectro del marxismo, y que todas las fuerzas de la reacción, y otras que se consideran progresivas, se disponen a combatirlo sin saber lo que es; y es preciso que nosotros nos encarguemos de explicarlo.

Se da la circunstancia, compañeros, de que CARLOS MARX se pasó toda su vida discutiendo con políticos, con filósofos, con literatos, con historiadores; y lo que para él era más penoso, combatiendo con sus propios camaradas, discutiendo con ellos, pugnando por librar la mente de los revolucionarios y la mente de la clase trabajadora de prejuicios que eran un obstáculo para su actuación eficaz; y los últimos años de su vida, MARX, un poco quebrantado por la lucha, pero siempre con su espíritu ansioso de verdad, casi puede decirse que los dedicó no más que al estudio, y su vida se extinguió.

LA AMARGURA DE MARX Y EL FLORECIMIENTO DE SU DOCTRINA

Debió llevarse MARX del mundo una impresión bien amarga acerca de las dificultades con que hay que tropezar para que la verdad se abra camino. Pero se dio la circunstancia de que apenas muerto MARX empezó a florecer su doctrina y a hacerse popular. Los hombres que la propagaron por Europa fueron los que tuvieron la suerte de recoger sus enseñanzas de sus propios labios. Fueron, por ejemplo, Axelrod y Plejánow, en Rusia; Lafargue y Guesde, en Francia; Bernstein y Kautsky, en Alemania; Hydman, en Inglaterra. Todos sabéis que precisamente fue Paul Lafargue, discípulo y pariente de MARX, el que vino a España e inició en la doctrina socialista a los hombres que crearon aquí el Partido: Vera, Pablo Iglesias. De todos esos hombres que iniciaron la propagación del marxismo, y que fueron logrando que las masas se lo apropiaran como su propia doctrina, como su propio ideario, como su propio espíritu, no queda más que uno, que es Kautsky. Los demás han desaparecido todos. Pero, a pesar de que el marxismo en boca de tan buenos propagandistas hizo rápidos progresos, no hay que creer que el marxismo se desarrollase sin tener que vencer grandes dificultades. Nacieron discrepancias en la escuela, nacieron adversarios del ideario marxista. Y yo voy a hacer, no una exposición de las desviaciones de la doctrina marxista –sería demasiado ambicioso–; pero sí una breve indicación de los principales conatos que se han hecho para revisar y transformar el marxismo. Ha habido como oleadas de antimarxismo, como momentos en los que parecía que todas las fuerzas adversas se conjuraban para combatir la doctrina. Al marxismo se le ha dado muchas veces por muerto; y se ha dado la circunstancia de que precisamente en el momento que se consideraba que iba a morir, ha cobrado nueva vida y ha resurgido la fuerza extraordinaria, la dinamicidad que le es característica.

EL REVISIONISMO EN ESPAÑA

Cuando yo ingresé en el Partido Socialista venía de Alemania, donde, mediante el estudio de los libros y de la realidad, pude desprenderme de muchos prejuicios de los que con frecuencia se tienen aquí por muy radicales, sin serlo, y que constituyen los mayores obstáculos para percibir la verdad; entonces liquidé ante las masas que estaban en relación conmigo mi pasado de republicano burgués, e ingresé en el Partido. Por aquella época, entre algunos militantes eruditos, intelectuales universitario, estaba de moda la revisión del marxismo, que hubo iniciado un hombre de gran valer, Eduardo Bernstein, uno de los discípulos que bebieron en las propias fuentes la explicación de la doctrina. Aquellos intelectuales españoles a que me refiero, como ese revisionismo de Bernstein se llamaba también reformismo, aprovechaban la tendencia revisionista y reformista existente entonces en Alemania y en la Inglaterra para aproximarse al partido reformista español, ese producto híbrido de monarquismo y republicanismo, cuya pobreza ideológica  y cuya infecundidad todos conocéis. Aquellos revisionistas españoles eran, pues, jóvenes imbuidos de prejuicios burgueses, pero en posesión de una gran inquietud que los llevaba nada menos que a pensar que el Socialismo de MARX había perecido y que había que reemplazarlo por una cosa, no diré que más perfecta, pero desde luego que para ellos aparecía más práctica: y tengo que recordar que aquellos compañeros, como yo, procedía de la Universidad y la mayor parte de ellos eran universitarios (había algunos obreros), me rodearon a mi ingreso en el Partido, y escuché de ellos tantas frases halagadoras que quizá me hubiese llevado a un fracaso desde los primeros momentos, si no estuviese acostumbrado ya entonces a escuchar sin conmoverme los cantos de las sirenas. Por fortuna, yo no me embarqué con ellos, y pasados unos años, cuando vino la guerra, aquellos mismos reformistas fueron los que a los primeros bolcheviques que vinieron aquí les dijeron que nosotros éramos unos reformistas y unos conservadores, que los únicos revolucionarios eran ellos y que a ellos debían confiar los mandos y los medios de la revolución española. Así son, no en los espíritus grandes, pero en los espíritus mezquinos, muchas de las dificultades con que han querido barrerlo, muchos de los intentos de revisar la doctrina.

EL INTENTO REVISIONISTA DE BERNSTEIN

Pero como Bernstein era un gran espíritu que con altura, sinceridad y nobleza defendió sus doctrinas, vamos a analizar brevemente en qué consiste su intento que hizo de revisar el marxismo. El marxismo, aplicando la teoría de la dialéctica al desarrollo de la economía capitalista, había establecido como una ley que el capital se concentraría cada vez en un número menor de manos; que la masa de proletarios sería cada vez más numerosa y que, por consiguiente, el abismo que separaba a la clase poseedora de la explotada sería cada vez más grande, y la lucha se haría más viva.

Los pequeños proletarios, expropiados por los grandes, irían aumentando progresivamente el ejército proletario y, por consiguiente, las fuerzas revolucionarias, hasta que este ejército adquiriera una superioridad evidente y pudiera apoderarse del Poder político y realizar la revolución. Bernstein decía: “Han pasado muchos años, y realmente no se verifica ese proceso de condensación, de concentración de la propiedad en pocas manos, sino que, por el contrario, vemos que en muchos países y en muchas ramas del trabajo tiende a aumentar, en vez de disminuir la pequeña propiedad.” Que se desarrolle la propiedad en el sentido que establece MARX, que cada vez se concentre en menos manos, que cada vez aumente el ejército proletario, no quiere decir que en determinadas épocas, en determinados momentos, en determinados países, en determinadas regiones, no se produzca un proceso de división de la propiedad, y aún cuando se inicie la transformación de la sociedad en un sentido socialista, es indudable que, aparte de las grandes industrias, subsistirán restos de la industria primitiva e incluso artesas de tipo antiguo, y en ciertas condiciones se formarán algunos núcleos nuevos de pequeños propietarios. Unos pocos casos concretos os lo demostrarán. Veis lo que pasa en la actualidad cuando se produce un invento; por ejemplo, cuando se perfeccionan las ruedas o las gomas de las ruedas de los automóviles, o se inventa un accesorio de los vehículos accionados por motores de explosión. Con frecuencia ese invento da lugar a la creación de una serie de pequeñas industrias que tratan de explotarlo, de pequeños comercios que tratan de venderlo, sin que por ello haya que dejarse de considerar como verdadera la ley de concentración capital. Estas son excepciones que confirman la regla.

LA ACUMULACIÓN DE RIQUEZA EN LA TIERRA

Otro ejemplo: la propiedad agraria, que se consideraba exceptuada de la ley de la acumulación de la riqueza de MARX. Está visto que hoy tiende en el mundo a concentrarse cada vez más en pocas empresas. Sobre todo, desde que los grandes cultivadores americanos han aplicado la maquinaria y la racionalización al cultivo de grandes extensiones de tierra con pocos brazos, se ha planteado un problema aún en ese dominio, que se consideraba exento, se ha cumplido también la ley establecida por MARX. ¿Quiere decir eso que en un país o en regiones determinadas, donde, por ejemplo, se realicen obras hidráulicas y se conviertan tierras de secano en tierras de regadío, los latifundios existentes no se tengan que dividir? Si se trata de un país en que abunde más la mano de obra que el capital, la división se impondrá y surgirán nuevos pequeños propietarios; pero no por eso deja de seguir su curso el proceso general económico y de irse cumpliendo las leyes que MARX estableció.

La ley de la concentración de la propiedad y del capital, como os he dicho, traía consigo, como consecuencia, la acentuación cada vez más enérgica de la lucha de clases, y, por consiguiente, justificaba la afirmación de MARX de que ese proceso de desarrollo económico había de traducirse, en el orden político y social, en un proceso revolucionario. Bernstein argüía: “No, puesto que la ley de la concentración no se produce; puesto que la oposición de las clases no se acentúa, no hay motivo para pensar en catástrofes revolucionarias; debemos pensar más bien que, por una serie de pequeñas y sabias reformas, si irán haciendo las transformaciones necesarias de la propiedad”. Así nació el reformismo.

Ya veis, por las indicaciones que antes os he hecho, que a pesar de los argumentos y de los hechos que se han aducido para combatir la teoría de MARX, el tiempo se ha encargado de demostrar que esa teoría no tenía verdadero fundamento en la realidad. Desde luego, el hecho de que a las leyes establecidas por MARX se les puedan señalar excepciones no prueba absolutamente nada. Probaría si las afirmaciones de MARX fuesen de un carácter absoluto, si MARX hubiera pretendido alguna vez fórmulas “indiscutibles” y definitivas; pero si lo hubiese hecho, no hubiese sido un científico; hubiera sido un teólogo, un metafísico; mientras lo que pretendía MARX, lo que quería MARX mediante la aplicación de sus doctrinas era desarraigar de las almas los prejuicios teológicos y metafísicos.

EL MARXISMO NO ES UN SISTEMA DOGMÁTICO

Generalmente, cuando se combate al marxismo se le combate como si fuese un sistema perfecto de verdades eternas, una especie de religión, un sistema dogmático o una concepción moral. Se dice muchas veces: el Socialismo es la religión nueva. ¡La religión nueva! ¡Qué va a ser!, si el espíritu del Socialismo, lejos de ser un sistema de verdades dogmáticas, no es ni siquiera un sistema; el Socialismo es un método, es un modo de acción, es un camino para investigar la verdad en los problemas históricos y sociales y un camino a seguir sólida y reciamente para operar una verdadera transformación social; pero como método, el Socialismo está compuesto de leyes, está compuesto de la enumeración de los hechos, está compuesto de teorías. Las teorías del marxismo, como todas las teorías científicas, no necesitan ser absolutamente verdades, ni pueden desecharse porque se aduzca una instancia contraria. A las leyes y a las teorías científicas les basta con ser relativamente verdaderas. Y precisamente, cuando al aplicarlas se ven los defectos de detalle que puedan tener, entonces es el momento preciso para corregirlas y laborar por su cada vez mayor perfeccionamiento. ¡Errores! ¡Qué errores más pueriles se han señalado alguna vez a MARX! Voy a citar uno. En el mismo Manifiesto comunista, escrito por MARX y ENGELS en la víspera de la revolución del 48, decían estos grandes definidores del Socialismo: “Se aproxima una revolución; una revolución liberal burguesa, que no es la nuestra, pero es el prólogo de la revolución proletaria.” Y ocurrió, compañeros, que se realizó la revolución del 48, y después no vino la revolución proletaria, sino que vino una espantosa reacción. Como ocurrió cuando, años después, triunfó en Paris la “Commune”: lo que vino después fue una reacción sangrienta.

Y bien, se dice: qué error más grande ha cometido MARX; ha predicho la revolución proletaria; la revolución proletaria no se ha producido, y, en cambio, se ha producido la reacción. Pero eso lo dicen solamente los que no saben lo que son anhelos revolucionarios. El que lo sabe, el que ha estudiado la historia de las revoluciones, está plenamente convencido de que todos los revolucionarios han cometido esos errores por sus nobles impaciencias, por sus deseos de llegar al fin.

Es natural que nosotros pensemos cada vez que se presenta una coyuntura que vamos a dar un paso de gigante. Quizá sea un paso pequeño; pero no estéril, y con el de otros, es seguro que servirá para edificar la gran obra; y quiere decirse que los que verifican la revolución son hombres modestos; pero la obra, suya y de todos, es grande. Y MARX se equivocó en eso; pero para mí, y creo que para muchos de vosotros, vale más que se haya equivocado que hay dejado de sentir el entusiasmo que ha sido el acicate interno de todas sus investigaciones.

EL SOCIALISMO ES INTELIGENCIA Y NO MISTICISMO

Porque, volviendo a un tema que antes apunté, y no sé porqué he abandonado, es indudable que el resorte interno que mueve las vidas consagradas a la revolución, y especialmente a la revolución social, es un resorte que podemos llamar, si queréis, estético, o, si queréis, moral. Hay en el origen de todas las actitudes de rebeldía, cuanto más meditadas y profundas, mejor, un sentimiento de repugnancia hacia las injusticias y desigualdades, y una aspiración a que éstas sean suprimidas y reparadas; pero mientras el Socialismo no es más que eso, es estéril y muchas veces absolutamente contraproducente. Por eso yo, cuando aparece en nuestras filas, o fuera de ellas, un hombre que habla de Socialismo con un énfasis místico, como si a cada una de sus palabras le precediese el brillo de las zarzas que ardían en el Sinaí, e invoca en cada momento los estados íntimos de la conciencia moral y los refinamientos de la sensibilidad, yo desconfío; desconfío porque para ser socialista eso no vale, eso queda oculto como un sentimiento interno e inicial de las actuaciones. Por entusiasmo místico y sentimental se puede llegar a una posición de superioridad protectora, adoptando la actitud de derramar los beneficios de la sabiduría y de la bondad sobre las masas, cuando éstas son los que tienen que emanciparse por sí mismas, según las palabras de MARX. O se puede, en un impulso de sentimentalidad, adoptar actitudes que tienen una apariencia radical; pero que en el fondo no valen absolutamente para nada. Y tenemos que convencernos, compañeros, que aunque el marxismo, el Socialismo científico, el Socialismo que verdaderamente está cada vez más en el fondo del espíritu de la masa proletaria, aunque ese Socialismo tenga un origen en sentimientos de justicia, en deseos de mejorar, en afectos, en estímulos morales, si queréis, el Socialismo es ante todo inteligencia, es comprensión; porque, contra lo que se ha dicho tantas veces para motejar el Socialismo por la teoría del materialismo de la Historia, hay que afirmar que la economía misma es un producto de la inteligencia aplicada a la Naturaleza, que el intento de utilizar el estudio del desarrollo de los fenómenos económicos para obtener una explicación objetiva de los hechos políticos y sociales es una de las aportaciones más nobles y más grandes que se han hecho en el mundo al progreso de la inteligencia y del espíritu.

EXAMEN DE LA CONCIENCIA DE HENRI DE MAN

Y esto me lleva, compañeros, a tratar de otros conatos de reforma del Socialismo. Hace pocos días ha estado entre nosotros un militante socialista belga de gran importancia, hombre de gran erudición, hombre de grandes dotes docentes, que estuvo muchos años encargados de la enseñanza en la Central de Educación Obrera belga, que actualmente es profesor en una gran Universidad alemana, Henri de Man. Y Henri de Man es célebre en el mundo y conocido en España principalmente por un libre que se titula Más allá del marxismo. El libro está bien hecho, está bien compuesto. Tiene datos originales, tiene razonamientos finos y bien derivados. Ahora bien, ¿qué es lo que se defiende en ese libro? En ese libro se dice: “El marxismo ha hecho quiebra. El marxismo es una doctrina vieja. Hay que superarla. Hay que sustituirla. Sus principios, sus leyes económicas, su teoría de la lucha de clases, no valen. ¿Por qué?” Los hechos que aduce Henri de Man en ese libro son más livianos que los que aduce Bernstein. Henri de Man dice: “Llevamos ya muchos años de lucha sindical y lucha política y ¿qué vemos? ¿Qué se ha iniciado una labor de revolución? No. Lo que vemos es que el proletariado se aburguesa.” Llega a puerilidades como esta: la de decir que el proletariado se aburguesa porque entre la manera de vestir un proletario y un burgués había antes una gran diferencia, y ahora hay poca. Efectivamente, antes los obreros iban en harapos y con los pies descalzos. Y siempre, indefectiblemente, con la camisa sucia. Y hoy, algunas veces por lo menos, llevan la camisa limpia. Y un traje decente. Y botas. Y eso dice que es falta de espíritu revolucionario Henri de Man. Pero además, esa nota delata un espíritu demasiado superficial al percibir y sacar las consecuencias de los hechos. Hay muchos observadores e historiadores que coleccionan documentos para describir un periodo de historia. Y resulta que a veces estos hechos no tienen absolutamente ninguna significación, porque al observador le han pasado inadvertidos otros hechos que tienen un carácter más revelador de las costumbres y de los gustos de la época.

MODAS ESTÉTICAS E INTELECTUALES

En la actualidad se está produciendo en el modo de vestir una transformación grande, con un sentido estético nuevo, entre otras cosas por el valor que toman los trajes de los distintos oficios. ¿No vemos que hay hoy una estética en el vestuario de trabajo del albañil, del pintor, del metalúrgico, que antes no existía? Pues hasta tal punto esa nueva estética se impone que se ha dado el caso inverso del que refería Henri de Man: el de la tendencia de la clase burguesa a la imitación de los trajes del proletariado. Henri de Man quiere socavar el marxismo en su fundamento y naturaleza. Y combate no propiamente la lucha de clases, sino el móvil del espíritu revolucionario de la masa obrera. Según él no se trata de un móvil de la masa obrera, sino de un móvil de los individuos. Y consiste en que cada individuo obrero lleva oculto en sí mismo lo que hoy se llama un complejo de inferioridad. Eso del complejo de inferioridad es una de esas expresiones que se ponen de moda, como “envergadura” y otras semejantes, y que la gente las repite sin dar siempre una prueba de gran gusto y muchas veces sin saber lo que quieren decir. El complejo de inferioridad es una asociación de estados psicológicos inconscientes que ejercen influencia sobre los actos verdaderamente conscientes y son los que en realidad actúan en la vida humana. Y esa teoría la han divulgado Freud principalmente, con el intento de aplicar, de un modo bastante superficial y ligero, un procedimiento terapéutico para tratar algunos casos de perturbaciones mentales y psicológicas.

Esa teoría tiene un fundamento. Pero cuando coge una de estas teorías de origen científico un hombre de bombo y platillo, se acaba la ciencia y no queda más que aparato y escenario de feria. Y con ese bombo y ese platillo, las teorías de Freud han caminado por una y otra feria de Europa abriéndose paso. Y las gentes semiilustradas, que tienen hábitos de superstición, han querido hacer de la ciencia una superstición más y hablan de los complejos psicológicos de inferioridad lo mismo que cultivan el esperanto o el naturismo y la curación, por medio del agua, de todas las enfermedades.

MAN RENUNCIA A LA EXPLICACIÓN PSICOLÓGICA DE LA REVOLUCIÓN

Yo reconozco que Henri de Man es un hombre que maneja la técnica docente, que tiene un gran hábito de exposición, que conoce perfectamente métodos de investigación, que si en ese caso no se han tenido una sorpresa gratísima, porque cuando he escuchado a Henri aplicado bien, en otros pueden dar resultados magníficos. Y así, Henri de Man he visto cómo hacía una descripción muy completa del estado económico-social de los pueblos más adelantados de Europa y de América. He contemplado el espectáculo que Henri de Man nos dio, que en un libro que anuncia para breve tiempo se confirmará, de que ha dejado a un lado por completo la explicación psicológica de la revolución proletaria y la teoría del complejo de inferioridad y ha llegado a una concepción del progreso económico que se está desarrollando en nuestros tiempos, verdaderamente revolucionarios, tan mecanizada, que MARX mismo no creo que pudiera suscribirla.

LA OBLIGACIÓN DE LOS MARXISTAS

Porque, como ya os he dicho, antes MARX creía que las leyes económicas del desarrollo del capitalismo y del proletariado se cumplirían; pero creía que se cumplirían con la intervención de la inteligencia y de la voluntad humanas. No como leyes fatales. Y oyendo a Henri de Man, he tenido la sensación de que ha llegado a una interpretación del materialismo de la Historia muy parecida a las que los antimarxistas han atribuido frecuentemente e injustamente a MARX. Quiero decir esto, compañeros, que la labor de MARX, principalmente el Manifiesto comunista y el Capital, no son una especie de biblia donde nosotros, cada vez que tengamos que resolver un problema que nos plantee la realidad, no tengamos más que hojear las páginas hasta encontrar el versículo correspondiente y aplicarlo. No. De ninguna manera. Es más, os voy a decir que la doctrina de MARX no ha sido siempre la misma, y en eso está su principal virtud. La doctrina de MARX se ha ido perfeccionando. En sus principios tenía muchos residuos, tenía muchos resabios de concepciones infecundas. Por ejemplo: de Socialismo utópico a lo Owen o a lo Saint Simon, o de economía concebida al modo liberal de Ricardo. O reminiscencia de acción política jacobina, propia de los blanquistas del tiempo de MARX. Y poco a poco, MARX fue perfeccionando su doctrina, mejorándola, discutiendo consigo mismo y con los demás. Y así, nos legó el ejemplo de lo que el marxismo debe ser. Los marxistas estamos obligados a hacer que la doctrina, fundándose sólidamente en sus principios, vaya desenvolviéndose, transformándose, mejorando, hasta hacerla cada vez mejor. Y hay que tener en cuenta que no debemos pretender encontrar remedios infalibles para curar los males que se produzcan en nuestra sociedad actual en los libros de MARX, tanto más cuando El Capital, que hace más de sesenta años que fue escrito, no pudo tomar en cuenta fenómenos políticos, sociales y económicos que se han producido después. En El Capital se encontrará un tratado magnífico de economía aplicada, que ya es bastante. Pero política social, tal y como se ha desarrollado posteriormente en todas las naciones del mundo, y principalmente en Europa, de eso no contiene nada El Capital. De política financiera, que hoy tiene una importancia que puede decirse que es la clave sin el concurso de la cual nunca se hará una revolución perfecta, de eso no contiene nada El Capital. De política bancaria –bancos existían en los tiempos de MARX, pero la importancia que han tomado los Bancos después era para MARX desconocida y el fenómeno no lo podía percibir, ni definir ni explicar– tampoco.

No existe en El Capital nada que se refiera a la política comercial. El comercio existía; pero los grandes desarrollos del comercio actual eran entonces absolutamente desconocidos y casi imposibles de prever tal y como existía el comercio en aquella época. Igualmente ocurre en lo referente a política colonial e imperialista.

Y así, en el mismo orden de cosas que se refieren a problemas nuevos, a problemas que surgen con el desarrollo de ese proceso económico que en líneas generales describe MARX. No podemos encontrar en El Capital y en los libros de MARX más que principios inspiradores para resolver estos fenómenos nuevos. Los tratamientos, recetas, remedios fáciles para aplicarlos y curar los males que se nos vayan presentando, por fortuna no los encontramos en sus libros.

LA SITUACIÓN ACTUAL DE EUROPA

Y ahora que he empezado a hablar de los fenómenos nuevos que se han producido después de la obra de MARX, vamos a tratar brevemente, si vuestra fatiga y la mía me lo permite, de la situación actual y de la vida social y política en Europa. Desde que murió MARX hasta que estalló la guerra, a pesar de esas rectificaciones que se han querido hacer del marxismo, inspirado por la idea de MARX el proletariado ha hecho progresos considerables de organización sindical y política en todo el mundo, principalmente en las naciones más desarrolladas económicamente, los Sindicatos obreros han alcanzado un poder verdaderamente extraordinario. Los triunfos del proletariado, traídos por las ideas de MARX, han sido innumerables. Y entonces, al mismo tiempo que se decretaba el fin del marxismo y que se organizaban ofensivas contra él, por otra parte, alternando o simultáneamente con éstas, se producía un movimiento de aproximación de la burguesía al proletariado y al Socialismo y de la organización obrera para que colaborasen en el Poder. Y está plenamente justificada la existencia de éstos requerimientos, porque habréis notado que el hombre del taller, que ya tiene en la práctica de su oficio una educación de su atención, ha adquirido el hábito de formarse de las cosas conceptos precisos, no vagos y si pertenece además a la organización obrera, encuentra en ésta una escuela tan perfecta, que de ella salen magníficos hombres de gobierno, superiores muchas veces a los hombres de la burguesía.

UNA FORMACIÓN EFICAZ

Y los intelectuales que se adaptan a esta organización maravillosa, también adquieren, si no el espíritu de detalle de los obreros, sí una visión crítica y a larga distancia, que los coloca en muchas ocasiones, en su manera de interpretar los hechos, muy por encima de los políticos de la burguesía. Así, hemos visto que han ido apareciendo en el Partido Socialista de los distintos países hombres con tal aptitud de gobernantes que algunas veces ellos mismos han creído que debían obedecer o los requerimientos de la burguesía y hasta abandonar el Partido y la organización obrera para desempeñar funciones de Gobierno. Eso ha pasado, ya lo sabéis, en casos un poco lejanos y en casos recientes: Millerand, Briand, MacDonald y Paul Boncour. En estos últimos tiempos ya sabéis que, por ejemplo, Briand llegó a ser, para la burguesía al menos, un político excepcional, que se consideraba como clave, no ya de la política francesa, sino de la política mundial. Y veis cómo en la actualidad Boncour es un hombre solicitado por su eficacia, por su competencia, por su aptitud de gobernante en los distintos Ministerios que se forman en Francia. Y veis que MacDonald ha creído honradamente que había llegado un momento difícil para la vida de Inglaterra, de Europa y del mundo entero, y que no había otro remedio que sacrificarlo todo a realizar una obra de Gobierno difícil.

HE AQUÍ LA TRAGEDIA

Es, por consiguiente, un fenómeno ya conocido de antemano éste que los hombres formados en la escuela de los Sindicatos y del Partido Socialista son hombres eficaces, que valen para poder prestar servicios en funciones de Gobierno. Pero fue en el momento de la guerra y los primeros años de la posguerra, cuando la desorientación de la burguesía, la complejidad de los conflictos, la gravedad de las responsabilidades ante las que se encontraban los gobernantes, hizo que en Europa surgiese una tendencia que arrastraba a los Partidos Socialistas: “Hay que gobernar.” Y, en efecto, en los países en los cuales el Partido Socialista, viviendo un régimen democrático y representativo, tenía una mayoría o minoría grande en el Parlamento, no se han podido negar nuestros camaradas a las funciones de Gobierno. Y en otras partes, cuando la revolución ha estallado en un país sin preparación, en el que las instituciones tradicionales se habían ido degradando y pudriendo, como en Rusia, no había dispuestos para ocupar el Poder, que estaba verdaderamente en la calle, más que los hombres del Partido Socialista y después los bolcheviques. He aquí la tragedia: para los Partidos Socialistas en Rusia, como en Inglaterra y Alemania (porque cuando pasen unos años veremos que, pese a las diferencias que ahora notamos entre unos y otros países, en el fondo el problema es el mismo, aunque tengan variantes, según las circunstancias), la tragedia es que desertan los gobernantes burgueses, que se sienten débiles, que sus instituciones no sirven para gobernar, y entregan la responsabilidad en manos de los socialistas o los llaman a la participación del Poder. Pero los socialistas, que no poseen propiamente los resortes del Gobierno, que no tienen un ejército suyo, que no tienen una justicia propia ni una burocracia propia, que no pueden tener en el país una organización industrial y económica creada por ellos, tienen que gobernar, no en socialista, sino en burgués.

EL PELIGRO DEL REFORMISMO

Se aduce que los socialistas desde el Poder, en Alemania, en Inglaterra, y en Rusia los blocheviques, en España misma, han hecho leyes favorables para la clase obrara, y es verdad. Es verdad; pero es que el Socialismo y un gobierno de participación socialista o un Gobierno socialista, estando en el oficio, en el cumplimiento de la función de gobernar, pero no propiamente en el Poder, como estaba el primer Gabinete Mac-Donald; un Gobierno en esas condiciones, que haya en Inglaterra los subsidios al paro o las reformas de enseñanza, y en España la fecunda legislación social que gracias al ministro de Trabajo socialista tenemos, puede gobernar siendo fiel al Socialismo, pero moviéndose dentro de los límites de un Socialismo puramente reformista; y si el Socialismo toma este aspecto única y exclusivamente reformista, entonces ha triunfado la teoría de Bernstein en la práctica del Partido, aunque no deba triunfar por su contradicción con los hechos, y no beneficiará a las nuevas masas proletarias que se van formando día por día, en virtud del cumplimiento en gran escala de las leyes establecidas por MARX; esos proletarios nuevos arrancados al cultivo de la tierra que ya no solicita sus brazos; arrancados a la fábrica que despide obreros. Esos proletarios que antes eran estudiantes o abogados, de profesiones liberales, hombres de la clase media, que se han visto de pronto reducidos a la condición proletaria… Esos no se pueden conformar con un Socialismo reformista. Y el conflicto que surge aquí si el Socialismo no se afianza en los principios de MARX. Si toma prematuramente el camino de las responsabilidades del Gobierno o si lo acepta por obligación, como queráis, el peligro se introduce cada vez más por la vía del reformismo; y el reformismo le aparta indefectiblemente de las masas cuya inteligencia no está todavía despierta, cuya conciencia obrera no está esclarecida, pero que tiene una pasión revolucionaria que nosotros debemos cuidar, atrayendo a esos hombres a nuestras filas como garantía de su triunfo y del nuestro. Y ésta es la complicada y trágica situación del presente, compañeros. Ni intento yo siquiera describir la situación económica y social por la que atraviesan actualmente Europa y América. Es demasiado complicado para mí. Pero, en fin, todos lo habéis visto. Alemania, bajo el peso del Tratado de Versalles y en la necesidad de cumplir las obligaciones económicas que imponía la derrota, se vio obligada a buscar dinero produciendo mucho y produciendo barato para encontrar mercados en el mundo.

Y para eso pidió que se le abrieran créditos en los Estados Unidos con objeto de perfeccionar sus fábricas, ofreciendo como garantía su capacidad industrial en un grado de perfeccionamiento técnico como no podíamos soñar. Y vino allí un periodo en el que la movilización del dinero para utilizarlo en las nuevas industrias o en la reforma de las viejas produjo ese fenómeno que se llama la inflación. Y ¿qué pasó entonces? Que la vida era insegura, que todos los días se despeñaba el marco, y un obrero o un empleado, cobrando un jornal por la mañana, lo veía reducido por la noche a un valor ínfimo. Entonces, para salir de aquella situación, Alemania hizo un corte de cuentas, perdiendo el marco su escaso valor que aún conservaba; y la clase media, que tenía papel y cobraba la renta o billetes de los bancos, se vio en la miseria, lo perdió todo… Quedó reducida al nivel del proletariado. Es una revolución económica en toda regla lo que hizo Alemania con aquel corte de cuentas. Pero entonces, cuando se creyó salvada la dificultad, se produjo un proceso contrario al de la inflación: el proceso de deflación, al crearse el reichmark con un valor fijo en oro. Y entonces se produjeron consecuencias aún más dolorosas que las anteriores y llegó un momento en el que los parados se contaban por millones.

EL CASO DE INGLATERRA

Ved lo que ha pasado en Inglaterra. Era un socialista ministro de Hacienda, Snowden. Y como los socialistas, gobernando en los países de estructura burguesa, no poseen las palancas verdaderamente del Gobierno, la Bolsa y la Banca ejercieron sobre él una enorme sugestión. Hicieron creer a Snowden que la salvación de Inglaterra estaba en una economía de sacrificios encaminada a restablecer el patrón oro, es decir, a poner la libra a la par con el oro, en la proporción que había estado antes de la guerra.

Snowden sabía que aquello iba a producir grandes trastornos, grandes perturbaciones en la vida económica y política de Inglaterra; pero creía que era una operación quirúrgica que había que realizar. Desde que se niveló la libra, si bien los que poseían valores industriales o rentas del Estado vieron aumentada su riqueza, en cambio se produjo una contracción industrial. Se empezaron a cerrar fábricas, industrias textiles, del carbón, metalúrgicas, de la construcción de barcos, etc.

E Inglaterra, el país poderoso, el que blasonaba de tener los obreros mejor tratados de todo el mundo, vio abandonadas a las masas, sin tener un pedazo de pan que llevarse a la boca. Y quedaba un país de oro, esplendoroso de prosperidad: los Estados Unidos. Allí se llevó a la práctica el plan capitalista de la producción en gran escala y la racionalización industrial. Se trataba de producir mucho a bajo precio economizando la mano de obra. Y a base de este desarrollo espléndido, aquella industria se encontró con que, por la crisis de Alemania, de Inglaterra, de Rusia, y por la misma situación de América, no tenía mercados para absorber su fabricación. Y por esta circunstancia se encontró también con millones y millones de obreros parados. ¿Se puede soñar una situación más revolucionaria que ésta? Nunca se pudo pensar que desarrollo de este proceso del capitalismo llegase a una situación más trágica y revolucionaria que la que actualmente presenta el mundo. Naturalmente, hacen falta hombres que hagan frente a estas necesidades. Todo son conflictos. ¿Cómo lograremos salir de esta situación? He aquí un caso en el que hay que considerar la necesidad y la eficacia de actuar según los principios marxistas. Con la teoría del complejo psicológico de inferioridad; con recetas teológicas; con evocaciones de sentimientos místicos, trasunto de tiempos remotos, que ni siquiera sirven ya para dar valor y prestancia a las personalidades individuales, que convierten las vibraciones íntimas de la conciencia en pregón de vanas superioridades; con apelaciones desesperadas a los viejos resortes jacobinos que la transformación de los tiempos han hecho ineficaces, por ninguno de esos caminos se llegará a la meta anhelada.

POR EL CAMINO DE LAS RELIGIONES NO LLEGAREMOS A ENTENDERNOS

No. La Humanidad se ha pasado muchos siglos intentando unirse, intentando entenderse, intentando no destrozarse, intentando poner fin a las luchas bárbaras, más propias de las especies animales que del hombre. Y para eso ha invocado una tradición religiosa, un sentimiento, una idea de justicia. Y el intento ha fracasado y ha acabado en guerras más crueles por ser guerras que tienen como fundamento, no la disputa por un pedazo de pan, sino la pugna por la victoria de principios de verdad y justifica absolutos, que han hecho creer a los fanáticos de cada credo que el adversario es un ser indigno que hay que aniquilar por completo para que queden triunfantes el bien y la verdad sobre la Tierra.

Por el camino de las religiones ni marcharemos de acuerdo ni llegaremos nunca a entendernos. Hay otro, sin embargo, en el que podemos entendernos. El terreno de los intereses, no ocultándolos como cosa menguada y mezquina. Los hombres somos carne y sangre, y porque somos carne y sangre somos alma, que si no, no lo seríamos. Y tenemos que comer, y derecho a la vida, y derecho a la alegría, y a la ilustración, y al goce del arte. Todos queremos conquistar este derecho. Con razón lo queremos. La ciencia, con sus maravillas, ha llegado a crear un estado de perfección industrial en virtud del cual la Tierra puede haber frutos para todos, que ahora no la hay para casi ninguno. Pero mientras subsista la actual organización social y a lucha bárbara por los intereses individuales sin tener en cuenta los colectivos, todas estas posibilidades de producción serán estériles porque todos sabéis que cuando se produce en abundancia y los precios bajan, el capitalista prefiere arrojar al mar los productos del trabajo o quemarlos a entregarlos al consumo de las muchedumbres necesitadas de ellos. ¿Es esto posible? Si nos encontrásemos ante la imposibilidad de producir riqueza suficiente para la satisfacción de las necesidades humanas, tendríamos que resignarnos a la miseria, a la ignorancia y a la esclavitud. Pero si hay posibilidad de producir para todos, la solución es cuestión de buena voluntad, primero, pero, finalmente, de inteligencia, como decía MARX.

HACE FALTA LLEGAR A UN ACUERDO ECONÓMICO

Hace falta llegar a un acuerdo económico en las relaciones de las naciones y a un acuerdo económico que constituya por sí solo una revolución. Para resolver las dificultades del presente se dibujan dos tendencias: una, que reconoce que el capitalismo ha sufrido un rudo golpe, que agoniza; pero que intenta restaurar su funcionamiento, curar sus males, devolverle la vida. Cada vez que se ensayan procedimientos de esta naturaleza, vuelven a fracasar de tal modo, que ya no queda más que la solución opuesta, que consiste en renunciar a que la base de la producción sea el interés y el provecho individual, y producir no ya en masa, como quieren algunos capitalistas, sino para la masa, para las necesidades colectivas. Porque la producción no es un negocio, sino un servicio de la sociedad. Y si hace falta movilizar grandes reservas de riqueza, no importa.

Keynes, economista burgués, ha dicho: “No ahorréis. El ahorro es una mezquindad.” Y aunque la frase tiene un atuendo excesivo, hay que reconocer que, en gran parte, tiene razón. En la época de prosperidad de las industrias de los Estados Unidos, los obreros ahorraban, adquirían a plazos una casa, adquirían a plazos un automóvil y todavía les sobraba dinero y adquirían acciones de industrias. Y todos los admiradores del régimen capitalista de los Estados Unidos proclamaban la solución del problema social por sencillo procedimiento de la conversión del proletariado en rentista. Pues ya sabéis lo que ha pasado: se han hundido los Bancos y han arrastrado en su ruina los ahorros de los servidores, demasiados confiados, del capital. ¿Por qué? Porque hace falta una política para el manejo de la riqueza que no tenga en cuenta que el accionista cobre un dividendo mayor o menor, sino que cuide de que la distribución de la riqueza se haga según las necesidades colectivas. En épocas pasajeras de prosperidad se pueden crear bajo el régimen capitalista nuevas industrias, y emitir nuevas acciones, y venderlas a altos precios, y se puede desarrollar el agio, como en los Estados Unidos, convertidos durante algún tiempo en una especie de gran ruleta internacional hasta que un día se empieza a ver que no marcha las industrias, que se cierran las fábricas, que desciende el valor de las acciones y que cunde la alarma y se extiende el pánico, tomando proporciones aterradoras. Y entonces, los Bancos tienen que cerrar sus puertas y dejar en la miseria a los que habían depositado en ellos sus fondos.

Ya veis que no es ese el camino. Hay otro. El aburguesarse por sentirse con un complejo de inferioridad no va a ninguna parte. De tal manera, que hoy estamos en unas circunstancias en que las soluciones del marxismo se impone hasta a los espíritus más reacciones a su aceptación.

PROYECCIÓN DE LA DOCTRINA EN LA SITUACIÓN NACIONAL

Y ahora, perdonadme, que he abusado mucho de vosotros, vamos a hacer una aplicación de lo expuesto a nuestra situación nacional. En España triunfó la República. Merced a eso, los socialistas tomaron parte en el Poder. Yo, no os lo tengo que decir, todos los sabéis, no estaba conforme, la masa lo estaba, y yo me quedé en un espléndido  aislamiento, con la honrosa compañía de algunos camaradas que sustentaban puntos de vista análogos o idénticos al mío. Un período de impopularidad, que siempre es una gran experiencia, que tiene sinsabores, pero también otros rasgos compensadores. Conozco, por fortuna, las dos cosas: la impopularidad y la popularidad. Bien, los socialistas formaron para del Poder. Se hicieron elecciones, y el Partido Socialista Español, que, cuando más, había logrado tener seis diputados en las Cortes de la monarquía, eligió más de cien en las Cortes constituyentes de la República: la fracción más numerosa de la Cámara. Nos encontrábamos ya de repente en unas condiciones semejantes a las que se encontraban los hombres de los Partidos Socialistas de otros países. Esto creaba compromisos que no se podían desconocer. Compromisos políticos, de gobierno. ¿Es que yo voy a rectificar por eso mi posición de antes? ¡Ah, no, no! Yo me habré equivocado o no. Pero estoy satisfecho de haber pensado como pensé y de haber procedido como procedí.

NUESTROS COMPAÑEROS EN EL PODER HAN REALIZADO UNA LABOR MAGNÍFICA

No dejo, sin embargo, de comprender que a la situación creada hay que hacerle frente, si bien por aquellos que alentaron el movimiento. Y aplicando lo dicho anteriormente, sacamos una primera conclusión, y es que nuestros compañeros en el Poder han realizado una labor magnífica. Las comparaciones son odiosas, pero digamos que no inferior a la de ningún otro representante de partidos republicanos no socialistas. En mi fuero interno, yo os diría que, por lo menos en algunos casos, bastante mejor. Es una manifestación más en España de lo que vale la educación sindical y la educación socialista. Y, sobre todo, que los hombres que se han adiestrado en la vida sindical y socialista son, de entre los que ocupan el Poder, los más certeros y eficaces. Pero esa eficacia, si bien debe satisfacer a los que han alentado a los socialistas a que ocuparan el Poder, naturalmente, que no puede considerar que no va acompañada de riesgos. Sean cuales quieran, tengo que decir una cosa, porque ya sabéis que en España se ha empezado a poner de moda el ataque a los socialistas, y todos los males que ocurran en el mundo y en España se deben, según el criterio de nuestros debeladores, a que los socialistas están en el Poder, y, por consiguiente, si dejan el Poder está todo arreglado.

SALDRÁN CON LA FRENTE ALTA

Pues bien: soy testigo de mayor excepción y tengo que declarar que gran parte de las gentes que de una manera clara o encubierta combaten a los hoy ministros socialistas no tienen derecho para hacerlo, porque durante toda la Dictadura yo he sido objeto, no por mí, por los demás, de requerimientos para que los socialistas se decidieran a ocupar el Poder. Y por toda clase de elementos civiles, de extrema izquierda, de partidos del centro y hasta de extrema derecha, que decían: “Sin ustedes no puede haber nada.” Y hasta de militares. Un día, en el perchero de mi casa, había gorras de todas las armas del ejército, que iban más o menos con una pretensión semejante. Y los que has puesto el problema en esas condiciones, apremiando día por día, haciendo responsables a los socialistas si no se decidían a la empresa, de que frustrasen las posibilidades, son los que menos derecho tienen ahora a combatir a los socialistas; los que tienen que tratarlos con respeto. No dudo que llegará un día en que los socialistas hayan de dejar el Gobierno, pero tienen que salir con la frente alta.

¿DE QUÉ SERVIRÍA EL SACRIFICIO QUE HEMOS HECHO?

Y no basta que ellos puedan llevarla. Es preciso, porque es una obligación, que todos los reconozcan y los respeten. Pero, liquidemos nuestros problemas: yo no he de decir cuando los socialistas han de salir del Poder. Lo ha de decir la organización. Ahora bien: el día que aquello ocurra, ¿cómo lo haremos? ¿Marchándonos a la calle con una bandera de rebeldía y de protesta, mezclándonos en las luchas de los partidos republicanos y contribuyendo a que se destrocen unos a otros, como en la primera República? No, no. Entonces, ¿de qué serviría el sacrificio que hemos hecho? SI tal ocurriera contribuiríamos a que se produjese un caos político, una degradación que para nosotros sería vergonzosa. Yo digo esto porque a veces he sorprendido exclamaciones y movimientos que me producían una cierta alarma. Por ejemplo, se dice: “Retiraremos del Poder a nuestros compañeros, pero nos prepararemos para coger el Poder completamente y hacer una política socialista.” Esperad; y sé yo que por aquí voy al aplauso. Pero no me vais a aplaudir por eso. Fijaos que yo tengo bastante experiencia. Me acuerdo que un día que yo dije –era en tiempo de la Dictadura– juzgando la situación política de aquel momento, que la monarquía estaba muerta y que todo era cosa de que una mano vigorosa cogiera al monarca y lo condujera a la frontera. Pues bien; en días más próximos, porque yo no era partidario de la participación ministerial, un compañero me dijo: “Pero si lo he aprendido de usted, cuando decía que no hacía falta más que coger al monarca y ponerlo en la frontera.” Yo pensaba, al decir aquello, que alguien, que no era el proletariado, era sí el indicado para cumplir aquella función liquidadora, aunque no podía pensar tampoco que fuese la guardia civil.

TENEMOS UNA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA

Pero con aquellas palabras no quería decir nada que ni de lejos se refiriese a la participación ministerial. Y recuerdo que otro día dije: “Somos demócratas. Queremos luchar en la zona de la democracia burguesa. Queremos un régimen republicano burgués, con preferencia a un régimen monárquico, porque es el medio en que creemos que nosotros podemos obtener mejores condiciones para realizar nuestra labor. Ahora, si las instituciones tradicionales se empeñan en perseverar y van destruyendo cada vez más la vida de la nación, haciendo que lleguemos a una situación como la de Rusia, no serán los comunistas los que ocupen el Poder: vamos a ser nosotros.” Y estoy viendo que un día, por un quítame allá esas pajas, vamos a salir diciendo: “Vamos a ocupar el Poder con todas las consecuencias, aunque sea con dictadura.” Y se va a añadir: “El compañero BESTEIRO lo dijo en una ocasión.” Yo dije eso como una posibilidad remota, y realmente, si la descomposición monárquica hubiera persistido, en esas condiciones hubiésemos  tenido que tomar el Poder. Pero ahora estamos lejos de esas circunstancias, y más lejos una vez que, por nuestra propia acción, tenemos una República democrática, siempre estimable, aunque tenga defectos, que yo soy el primero en reconocerlos. Todos sabéis que a mí la Constitución no me parece la más perfecta que existe, como han dicho algunos. Al contrario, por iniciativa mía, y después de muchas discusiones, la Agrupación Socialista Madrileña, en plena Dictadura, estableció unas bases de la Constitución de la futura República. En aquellas bases había varias cosas, alguna que no hay en la Constitución, y en ésta hay cosas también que no había en nuestras bases. Había la doble Cámara. El Senado no hace falta. Pero la doble Cámara sí, para que se desarrollen precisamente las iniciativas socialistas; porque se plantean problemas industriales y económicos que en una Cámara como el Congreso, en que se vive en régimen de partidos, no encuentran el ambiente más apropiado.

LAS ORGANIZACIONES TÉCNICAS

Hace falta una Cámara para que las organizaciones técnicas que se vayan creando no sean centros de burocracia, porque yo no creo nunca que el burócrata y que el técnico deban ser lo que los bolcheviques quieren que sean: un esclavo. El burócrata esclavo, como la mujer esclava, se venga y corta las melenas de Sansón. Y es capaz de dominar al hombre más forzudo y más enérgico, sea ministro, sea marido. No; el técnico es un hombre, y, además, a medida que nos acercamos a nuestro ideal de vida social, todos tendremos que ser algo técnicos, porque el que no tenga la técnica de aserrar madera o la de construir casas, o la de hacer versos o de hacer prosa, alguna técnica en suma, no es un trabajador y no puede tomarse en cuenta en una República de trabajadores. De modo que yo no estoy conforme con esa parte de la Constitución. Y hay otra parte, me cuesta un poco trabajo decirlo; es el Tribunal de Garantías Constitucionales. Cada vez que durante la Dictadura asomaba la idea en un periódico, salía yo al paso, porque me parecía peligroso establecer esa especie de nueva dictadura de la toga sobre todos los otros organismos del Estado. La Constitución ha limado esos peligros, pero todavía subsisten, y yo quiero que la Constitución se aproxime en lo posible a nuestros ideales, puesto que es factible. Costará trabajo, ya que hay que contar con el asenso de muchas gentes. Pero los defectos de la Constitución se pueden reformar, y, por lo tanto, ni a nosotros ni a nadie le es lícito una apelación a la fuerza para imponer sus deseos, ya que hay procedimientos jurídicos legales, establecidos por la República y por nuestro esfuerzo, por los cuales se pueden abrir camino todos los ideales. Hay una ideología que dice que tiene tanto derecho como otra cualquiera a ser propagada. ¡Ah, sí! Pero si esa ideología lo que quiere es producir una embriaguez patriotera, de las que tanto hemos sufrido en España, resucitar sentimientos ancestrales para acabar con la democracia establecer por la fuerza un régimen que, por lo visto, en ninguna parte puede abrirse camino sin la apelación a la violencia, eso no se puede tolerar.

ES PRECISO QUE NO RENEGUEMOS DE LA DEMOCRACIA

Pero, compañero, para que nosotros tengamos autoridad para decir eso no se puede tolerar, es preciso que no reneguemos de la democracia que hemos establecido. Hay en el movimiento obrero de todos los países, ya lo sabéis, dos tendencias: una, que se cree la heredera legítima del verdadero MARX y que está expuesta en el libro titulado Estado y revolución, que LENIN publicó el año 17. Un libro interesante, que fue escrito en el periodo de transición entre las dos revoluciones rusas últimas: la revolución burguesa y la revolución proletaria. Para Lenin, era preciso apoderarse del Poder y establecer una verdadera dictadura en el sentido estricto de la palabra, para, mediante esa dictadura, acabar con el capitalismo. Y se nos presenta el momento difícil cuando Lenin establece esos principios. El creía interpretar fielmente a MARX; pero el hecho es que los pasajes más oscuros de MARX son los que se refieren, no ya a la lucha política, que está bien puesta en claro en el curso de la Historia, pero sí lo que en sus obras expresa constantemente como estas frases: “Poder político y dominio político.” Espíritus como el de Rosa de Luxemburgo han pensado que la interpretación de Lenin es infantil y que en realidad no recoge el espíritu de MARX, sino que lo deforma y empequeñece. La posición de Rosa de Luxemburgo y de otros compañeros socialistas contemporáneos ha sido esta: el Poder político a que alude MARX, muy principalmente, consiste en dominar todos los resortes del Poder de la sociedad burguesa por una acción de penetración decidida y enérgica y continua del proletariado. Y, cuando se tengan ya bien dominados, entonces cambiar de arriba abajo toda la estructura de la vida social.

Es decir, que para nosotros será un compromiso circunstancia; pero no es obra esencia ni conveniente gobernar en un régimen burgués, mientras no estemos en verdaderas condiciones de hacer honor a nuestro espíritu. Y es posible que en una recta interpretación de la acción de la democracia social, que busca el dominio político, haya que aceptar principalmente las ideas de Rosa de Luxemburgo.

Y la tarea es enorme, porque no consiste en mandar unos cuantos representantes a esas organizaciones, sobre todo económicas, y a las organizaciones de trabajo que puedan existir en la sociedad burguesa. Hay que mandarlos con espíritu formado y mantener el control sobre ellos, de tal manera que la acción de los compañeros no sea la acción de su conducta individual, sino la de las masas, que es la verdaderamente fecunda.

LOS RESABIOS JACOBINOS Y LOS RELIGIOSOS

Compañeros: yo quisiera que cada vez, lo mismo que MARX, que fue despojando su vida de resabios jacobinos y de resabios religiosos y utopistas, fuésemos más profundamente revolucionarios en el sentido sereno, sabio y fuerte que predicaba MARX, y que a las luchas políticas de la burguesía les concediéramos el valor que tienen realmente, y no es poco para nosotros, para que no perdamos la acción clarividente de nuestro ideal, porque a ninguno se nos oculta que en la acción de los militantes  del mundo socialista se presentan momentos difíciles y de peligro. Y los peligros mayores que corremos no son los que se deben a la virtualidad de nuestros enemigos, sino a los errores que nosotros podemos cometer. Y como está demostrado que las masas pagan muy caros los errores que puedan cometer, arrastradas por sus líderes, o que los líderes pueden cometer empujados por las propias masas; como estamos presenciando los largos sufrimientos del proletariado italiano bajo la férula de un hombre que aprendió a ser eficaz en filas socialistas, para aplicar después sus aptitudes al servicio de una reacción burguesa verdaderamente detestable. Como estamos viendo en otras naciones, la suerte que corre un proletariado, que ha sido ejemplo y modelo, y que lo seguirá siendo, pese a quien pese, es preciso que nosotros, en este momento sepamos actuar con toda la energía, pero a la vez con toda la prudencia de los hombres verdaderamente enérgicos. Si hay que rectificar algo, porque no está bien, se rectifica, y no ha pasado nada. Pero en lo sucesivo no osciléis de un extremo a otro, como esos temperamentos inquietos y veleidosos que ora son socialistas ortodoxos, ora reformistas, ora bolcheviques, según el cuadrante del viento que sopla. Ni tan gubernamentales ni tan antigubernamentales. Ni de un extremo ni de otro. Porque eso no son radicalismos, sino bandazos que dan las gentes que no tienen el espíritu formado y no saben colocarse en la posición verdaderamente eficaz y revolucionaria.

domingo, 20 de noviembre de 2016

A PROPÓSITO DE LA LEY DE MECENAZGO, por Paco Cerrejón*.


Ni la bajada del IVA, ni la ley de propiedad intelectual ni, en realidad, casi nada de lo que lleva apareciendo en los titulares del escaso espacio que ocupa la Cultura en los medios de comunicación de tirada nacional. Son temas importantes, por supuesto, pero no son la clave. Y en estos tiempos de 140 caracteres y de frases contundentes y rotundas hay que explicar que no existe una única solución, no hay una varita mágica, no hay un tema cuya solución conlleve en cascada la solución del resto de problemas. Son muchos los problemas y son muchas las soluciones posibles. Y el primer paso consiste en realizar un buen análisis de nuestra realidad cotidiana en lo que en este caso a Cultura se refiere. Un análisis que vaya mucho más allá de titulares y de grandes golpes en el pecho dialécticos, un análisis a pie de calle, de cine, de teatro, de sala de exposiciones, de concierto, de galleria, de museo, de librería y de bibliotecas.

A raíz de la salida de José María Lasalle de la dirección general de Cultural del Noministerio de Cultura, en casi todos los periódicos de ámbito nacional se ha realizado balance de su gestión. Y todos se centran primero en la ley de mecenazgo no aprobada para luego pasar como un mantra ya caduco e inútil por el IVA y la ley de propiedad intelectual. Nadie habla del estatuto del artista, de la descentralización de la inversión Cultural, de la creación de público, de la desinversión en Bibliotecas, del abandono de las librerías, de los nuevos modelos de creación, etc… Nadie habla de la necesidad de plantear una política cultural estatal digna de tal nombre, que sería el primer y gran reto de un gobierno que se tomase en serio la Cultura o lo que sería lo mismo, que se tomase en serio al país. Si se me permite una breve divagación, me encantaría que se hablase menos de banderas, naciones y de quien paga a quien tal o cual cosa y se hablase más de Cultura, qué es lo que nos define como sociedad, qué es lo que realmente somos, una sociedad compuesta de ciudadanos, no de banderas ni de balanzas fiscales.

La Ley de mecenazgo, tuviera la forma que tuviese, es decir, sea mayor o menor el porcentaje a deducir de la inversión privada en Cultura, no podria solventar apenas nada salvo a los grandes nombres, como el Prado, el Reina Sofía y si acaso media docena de espacios más, no hay que olvidar que la mayor parte de la Cultura se desarrolla fuera de los grandes espacios. Y por varios motivos; el primero la falta de tradición, España no es Inglaterra ni Estados Unidos, entre otras cosas porque llevamos apenas 40 años de políticas culturales y porque éstas han seguido, con toda la razón del mundo, el modelo francés, donde la inversion estatal es mucho más importante para el fomento de la cultura que la aportación privada (venimos de dónde venimos y tras el erial cultural del franquismo esa era la única opción viable). El segundo sería por la tendencia de los capitales significativos a centralizar sus inversiones, es decir, poco iría fuera de Madrid y Barcelona, salvo la inversión de empresas y mecenas locales, con mucha menor capacidad de injertar dinero en la Cultura, que es lo que está ocurriendo desde la crisis en países con mayor tradición de políticas de mecenazgos como Inglaterra o la incluso Francia, con una reciente ley.

Es cierto que alguien, con toda la razón, podría decir que más del 80% de la inversión que el Noministerio de Cultura realiza está focalizada esencialmente en Madrid y en menor medida en Barcelona y que en el resto del país ni está ni se le espera, pero este sería otro tema…
¿Quien invertiría en creadores emergentes o experimentales? ¿quien en formas de arte fuera de los grandes circuitos de información? ¿quien en proyectos de riesgo en zonas periféricas? Y podríamos seguir un buen rato planteando preguntas de este tipo, de propuestas fuera del mainstring cultural e incluso dentro ¿quién aportaría fondos a las bibliotecas para la compra de libros?. Habría varios motivos más pero creo que los dos que he esbozado son bastante evidentes de la limitada capacidad de cambio a corto y medio plazo de una ley de mecenazgo en nuestro país. Y esto no significa que no haga falta una ley de este tipo, hace falta y mucho, pero no digamos que es la gran solución ni que va a solucionar los grandes y graves problemas de la financiación de la Cultura. Todo en su justa medida.

Termino con otra pregunta ¿A quién le interesa que se hablo tanto de una ley de mecenazgo que los profesionales sabemos perfectamente que solucionaría poco?

La responsabilidad de los artículos de opinión recae en sus autores/as. La Escuela de Estudios Sociales y Políticos “José Llavador Mira” del PSOE de San Jerónimo no comparte necesariamente las afirmaciones contenidas en los mismos, limitándose ésta a ofrecer una plataforma para el debate de ideas.

*Paco Cerrejón es gestor cultural y actual gerente del Instituto de Cultura y Artes de Sevilla (ICAS)

sábado, 24 de noviembre de 2012

LA ESCUELA DE ESTUDIOS SOCIALES Y POLÍTICOS “JOSÉ LLAVADOR MIRA” Y EL PSOE DE SAN JERÓNIMO CONVOCA LOS PREMIOS “JOSÉ GALÁN MERINO” Y “JOSÉ LLAVADOR MIRA”

Tras el compromiso electoral del actual Comité Local de la Agrupación “José Galán Merino”, la Escuela de Estudios Sociales y Políticos “José Llavador Mira” y el PSOE de San Jerónimo ha convocado los premios “José Galán Merino” al activismo social y “José Llavador Mira” al compromiso intelectual.

Los y las militantes y simpatizantes socialistas podrán proponer las candidaturas al Jurado nombrado por el Comité, encabezado por el presidente del PSOE de San Jerónimo e histórico militante socialista José Reina Sánchez.

Los compañeros José Galán Merino y José Llavador Mira fueron dos militantes socialistas con gran vinculación con el barrio de San Jerónimo y su agrupación local.

Galán Merino fue secretario general de la Agrupación Local hasta su fallecimiento en 1996, y se destacó como activista antifranquista durante la dictadura. Por su parte, Llavador Mira fue un intelectual republicano socialista, represaliado tras la Guerra Civil y finalmente profesor de la Universidad de Sevilla, vinculado al PSOE de San Jerónimo en los últimos años de su vida.

Por ello, los premios “José Galán Merino” al activismo social y “José Llavador Mira” al compromiso intelectual, sin dotación económica, nacen en el seno de la Agrupación Local “José Galán Merino” del PSOE de San Jerónimo para premiar iniciativas personales y colectivas desde el campo ciudadano e intelectual de la ciudad de Sevilla.

Las candidaturas sobre las que decidirá el Jurado podrán ser presentadas por los y las militantes y simpatizantes socialistas de San Jerónimo, mediante un correo electrónico, antes de las 00:00 horas del día 3 de diciembre de 2012, a la dirección sfc.psoesanjeronimo@gmail, que deberá ir acompañado por una pequeña relación de méritos que a juicio de los proponentes los hacen merecedor de los mismos.

El Jurado nombrado por el Comité, estará presidido por el compañero José Reina, presidente de la Agrupación Local, e integrado con los vocales las y los compañeros de la Agrupación Evaristo Troya, secretario general, Ana Pérez Luna, secretaria de igualdad, Cristina Vega Alonso, secretaria de relaciones institucionales, y Fermín Galán Merino, militante socialista e hijo de José Galán Merino, actuando como secretario del mismo, Pablo Morterero, secretario de formación y comunicación.

El jurado fijará el calendario del fallo y la entrega de los premios.

viernes, 16 de noviembre de 2012

“INDIVIDUOS Y CULTURA” Y “PODER” DEL PROFESOR JULIÁN LÓPEZ YAÑEZ, EN LA BIBLIOTECA POLÍTICA DE TEXTOS BÁSICO

El nuevo documento que se ha incorporado a la Biblioteca Política de Textos Básicos de la Escuela de Estudios Sociales y Políticos “José Llavador Mira” del PSOE de San Jerónimo, recoge dos apartados de la obra del profesor Julián López Yañez “La Ecología Social de la Organización: Una perspectiva educativa”, en concreto “Individuos y Cultura” y “Poder”, incluidos en el capítulo “Configuraciones estructurales del sistema social de la organización”.

López Yáñez, profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla publicó este trabajo con el objetivo de asentar las bases de una teoría sistémica de las organizaciones educativas, pero que es extensible a cualquier forma de sistemas sociales.

Así, partiendo de los chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela, el anglonorteamericano Gregory Bateson, o el alemán Niklas Luhmann, entre otros muchos investigadores, estableció una teoría sobre los sistemas sociales basados en la comunicación.

La Biblioteca Política de Textos Básicos recupera dos apartados de gran importancia para la comprensión sobre los sistemas políticos, como son la interacción de los individuos de los sistemas y la cultura de los mismos, así como la estructuración del poder dentro de los sistemas sociales.

Para conseguir un ejemplar en pdf de dicho número, remita un email con dicha solicitud a la dirección escuela.jlm@gmail.com.

domingo, 21 de octubre de 2012

LA BIBLIOTECA POLÍTICA DE TEXTOS BÁSICOS RECUPERA UN DISCURSO DE LUIS GÓMEZ LLORENTE

La Escuela de Estudios Sociales y Políticos José Llavador Mira, del PSOE de San Jerónimo, ha publicado dentro de su Biblioteca Política de Textos Básicos la intervención del socialista Luis Gómez Llorente de 2001 durante la celebración del 20º aniversario de Izquierda Socialista.

Gómez Llorente, (Segovia, 1939-Madrid, 2012), fue un teórico de Izquierda Socialista, corriente organizada en el seno del PSOE. Procedía de las Juventudes Socialistas; estudió Derecho y se licenció en Filosofía por la Universidad Complutense, donde se adscribiría a la Asociación Socialista Universitaria (ASU). Pronto alcanzaría un papel dirigente en el PSOE, de cuya Comisión Ejecutiva formaría parte, y de la UGT, más precisamente de la Federación de Enseñanza, sindicato con el cual mantuvo estrechos vínculos hasta su muerte. Se le considera uno de los principales artífices del artículo 27 de la Constitución, relativo a la Educación, universo al que consagraría la mayor parte de su actividad intelectual.

Profundamente interesado en la historia del socialismo, adoptó la metodología materialista-histórica y estudió de manera exhaustiva la vida y la obra de pensadoras marxistas como Rosa Luxemburgo y, posteriormente, Marta Harnecker, así como las biografías de dirigentes socialistas españoles como Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro y Pablo Iglesias, por el que mostró desde entonces una actitud de incesante emulación. Así lo subrayan sus compañeros de partido y sindicato Antonio Chazarra y Manuel de la Rocha, que destacan “la integridad moral de Gómez Llorente como rasgo fundamental de su personalidad política”.

Gómez Llorente defendía un modelo inédito de socialismo, el socialismo autogestionario, que propiciase un bloque social de progreso con otras fuerzas de izquierda y que definiera una política exterior neutralista para España. Fue además historiador del movimiento obrero y socialista, con obras como Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921), Rosa Luxemburgo y la socialdemocracia alemana y Apuntes sobre el movimiento obrero. También fue autor del libro Educación pública.

Para conseguir un ejemplar en pdf de dicho número, remita un email con dicha solicitud a la dirección escuela.jlm@gmail.com.

lunes, 30 de julio de 2012

MEMORIA DEL CURSO 2011/2012 DE LA ESCUELA "JOSÉ LLAVADOR MIRA"


Finalizado el curso que comenzó el 1 de octubre de 2011, la Escuela de Estudios Sociales y Políticos “José Llavador Mira” presenta su Memoria, en la que se recogen las distintas acciones formativas y de debates que se han promovido desde este instrumento de la Agrupación Local “José Galán Merino” del PSOE de San Jerónimo.

Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que se trata del curso de la consolidación definitiva de esta iniciativa puesta en marcha tras el fallecimiento del compañero José Llavador Mira en 2007.

En este sentido, desde la Escuela, en colaboración imprescindible con el Comité Local de la Agrupación y el blog socialistasdesanjeronimo.blogspot.com, se han puesto en marcha diferentes iniciativas en todos los ámbitos de su competencia: la formación y la difusión del socialismo y el debate en el seno de la Agrupación.

Así, se ha puesto en marcha durante este curso la Biblioteca Política de Textos Básicos, el blog de la Escuela, la Tertulia Abierta Socialistas de San Jerónimo, el ciclo “Tiempo de Congreso, Tiempo de Debate” y el curso básico de formación realizado en colaboración con las Juventudes Socialistas de San Jerónimo.

Creemos sinceramente que en estos momentos la Escuela “José Llavador Mira” cumple con su objetivo de ser un instrumento de formación y debate para la militancia socialista de

Biblioteca Política de Textos Básicos

Esta iniciativa corresponde a la necesidad de ofrecer en formato pdf algunos textos poco conocidos y de difícil acceso que de forma amena difunda el pensamiento socialista a lo largo de la historia. Para ello se eligieron autores y textos atractivos y de diversas materias, expresión de distintas visiones del marxismo democrático o republicano.

Así se han publicado un total de ocho títulos:

  • Azaña, Mnuel. Paz, Piedad, Perdon.

  • Besteiro, Julián. El Marxismo y la Actualidad Política.

  • Cazorla Sánchez, Antonio. La socialdemocracia perdida, otra vez.

  • García Santesmases, Antonio. Repensar la Izquierda: Evolución ideológica del socialismo en la España actual. Enrique Tierno, una luz en el túnel.

  • López Aranguren, José Luis. Ética y Política (fragmentos).

  • Luxemburgo, Rosa. Reforma o Revolución: La conquista del poder político.

  • O´Connor, James. Socialismo y Ecologismo: Mundialismo y Localismo.

  • Tierno Galván, E. Introducción al Ideal Andaluz de Blas Infante.

La distribución de estos textos se ha realizado a toda la militancia de nuestra Agrupación y, mediante peticiones, a otros compañeros y compañeras interesadas de la provincia.

Blog “Escuela de Estudios Políticos y Sociales José Llavador Mira” (eesp-jlm.blogspot.com)

En febrero de 2012 pusimos en marcha el blog de la Escuela para la difusión de nuestras actividades y que ha funcionado complementariamente al blog de la Agrupación “Socialistas de San Jerónimo”, que también se ha hecho eco de las distintas actividades de la Escuela.

Como relevante, destacar que en el blog de la Escuela incluimos la única reseña bibliográfica sobre el compañero “José Llavador Mira” que existe en internet.

Ciclo “Tiempo de Congreso, Tiempo de Debate”

Diseñado inicialmente para analizar la crisis que está atravesando Europa, la convocatoria de Congreso Federal para febrero de 2012 llevó al Comité Local a solicitar a la dirección de la Escuela que se reorientara para un debate propositivo de cara al proceso congresual.

Por ello, se eligieron una serie de conferencias cuyas temáticas y ponentes fueran interesantes dentro del proceso reflexivo que nos obliga cualquier proceso congresual, y que se celebraron a lo largo del mes de diciembre de 2011 en la Casa del Pueblo de San Jerónimo.

El 1 de diciembre contamos con el compañero Josu Gómez, presidente de Progresistas de Andalucía; el 13 de diciembre, con el compañero Emilio Carrillo, geógrafo y profesor universitario; el 15 de diciembre, con José Luis Osuna, catedrático de la Universidad de Sevilla; el 20 de diciembre, con la compañera Alicia Vañó, presidenta de Mujeres Progresistas; y el 22 de diciembre con la compañera Izaskun Bernal, colaboradora del Grupo Socialista del Parlamento Europeo.

Tertulia Abierta Socialistas de San Jerónimo

Esta iniciativa se puso en marcha con la colaboración tanto del Comité Local de la Agrupación Local “José Galán Merino” del PSOE de San Jerónimo como con el blog “Socialistas de San Jerónimo” y pretendía ofertar a militancia y simpatizantes un espacio de debate y reflexión sobre la actualidad del barrio, la ciudad y la política en general.

Se fijó una periodicidad semanal, todos los lunes laborables, y su sede en la Casa del Pueblo de San Jerónimo.

Comenzó a reunirse el 16 de enero de 2012, celebrándose todos los lunes laborales excepto en dos ocasiones: el lunes de Feria y el lunes 14 de mayo, que coincidió con una reunión extraordinaria del Comité Local.

A propuesta de los tertulianos, en mayo se creó la figura de “tertuliano invitado” para enriquecer el debate. De esta forma hemos contado con la participación de miembros del 15M, como Hilario Sanz y Juan Romero, la parlamentaria andaluza socialista por Sevilla Verónica Pérez, y del movimiento GLBT como Raúl González, de la Fundación Triángulo.

La tertulia retomará sus reuniones el lunes 3 de septiembre de 2012.

Cuso de Formación Básico

Como experiencia pionera, desde la Escuela se promovió en colaboración con las Juventudes Socialistas de San Jerónimo, un curso básico para su dirección política en dos sesiones de tres horas cada una.

Esta iniciativa está en el embrión del Itinerario Formativo “Ten by Five” diseñado junto con la secretaría de formación y comunicación de Juventudes Socialistas de San Jerónimo, que con una duración de 35 horas en 5 sesiones de siete horas, se ejecutará para 10 dirigentes de Juventudes Socialistas a partir de octubre de 2012.